El poder de una sonrisa

Ayer por la noche, volviendo de la facultad en el bondi,
veo pasar tres chicas caminando y cantando, contentas en la noche del viernes...
Pero un simple viaje en colectivo puede cambiar cuando una de ellas se percata de mi mirada y, mientras esboza una amplia sonrisa, levanta su mano para saludarme.
Lo mejor es cuando le devuelvo el saludo desde el colectivo y alcanzo a ver como se sonroja y se alegra de nuestra efímera relación...
Una relación que, lamentablemente, no duró más de 5 segundos. Pero que fueron suficientes para levantarme el ánimo y darle un hermoso fin a esta noche.

Qué feliz que nos hace ese momento, aunque sea algo corto, pero nos saca una sonrisa y nos deja ese rastro de alegría que tanto nos hace bien.


Saludos!


* Iván

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